
Muchas veces leemos o escuchamos noticias que nos
sorprenden. Este es el caso de las pilas de botón. Hace unos días me encontraba
buscando información en la web cuando me topé con una frase que me causó cierto
desconcierto: “una pila de botón puede contaminar 600.000 litros de
agua”.
En primer lugar, es bien conocido el hecho que los metales
pesados, como el mercurio, cadmio, zinc o litio, que contienen las pilas, causan
daño a la salud humana y al medio ambiente.
El problema surge cuando estas pilas se eliminan junto
a la basura domiciliaria y terminan en rellenos o basurales a cielo abierto. La
capa de protección de la pila se va degradando y comienza así la liberación
lenta de los metales pesados. Este proceso de contaminación puede ser largo, hasta 500 años
(algo que no se dice en la frase que estamos analizando), pero la lluvia, el
calor y la acidez del suelo, tienden a acelerar el proceso de descomposición de
la pila.
No sólo se contaminan el suelo y el aire, sino también
el agua, la cual desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la vida en
el planeta.
Tengamos en
cuenta que el agua representa entre el 50 y el 90% de la masa de los seres
vivos.
Por eso, el agua es el alimento más consumido en el
mundo, y como todo alimento debe reunir ciertas condiciones mínimas de
seguridad.
Por lo tanto, es lógico que cada país regule por ley
la calidad del agua destinada a consumo humano.
Y esto depende, en última instancia, de cómo haya ido
adaptando cada país la definición de agua potable a los avances científicos y
tecnológicos.
Según el Código Alimentario Argentino, el valor máximo
permitido de mercurio en el agua potable es de 0.000001 g/l.
Por lo tanto, necesitaríamos agregar 1 g de mercurio (en realidad,
un compuesto mercurial soluble) en 100.000 litros de
agua pura para llegar al límite permitido.
Ahora bien, una pila de botón de 2 gramos contiene 30% de
su peso en mercurio, es decir 0.6 gramos de este metal pesado.
Por lo tanto, esos 0.6 g de mercurio (una pila
de 2 g) deberían
estar disueltos en 600.000
litros de agua pura para llegar al valor máximo
permitido por el Código Alimentario Argentino. Como al agua potable no es agua
que cae del cielo, sino agua que proviene de ríos y de otras fuentes que ya
vienen contaminadas con compuestos mercuriales, es fácil superar así el límite
permitido.
Una pila de botón de 1 g (¡que existen!)
contaminaría, en cambio, 300.000
litros de agua. Incluso, el número podría ser mucho
menor si tenemos en cuenta la lentitud de los procesos de degradación de una
pila. Aún así, el número sigue siendo elevado para no prestarle atención.
¿Verdad o
mentira?
¿Podríamos
vivir solamente con la energía de la red domiciliaria?
Como vemos, basta
que una frase haga referencia a la realidad de este mundo para que las cosas se
compliquen muy rápidamente.
Sencillamente,
no hay suficientes palabras para “decir” la realidad. Luego, la proposición no
puede tener sólo dos estados posibles (verdadero y falso), sino infinitos
valores entre un mínimo (falso) y un máximo (verdadero).
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