martes, 23 de octubre de 2012

BREVE VISITA AL NANOMUNDO

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Prof. Mario A. Taborda

 “He sido un niño pequeño que, jugando en la playa, encontraba de tarde en tarde un guijarro más fino o una concha más bonita de lo normal. El océano de la verdad se extendía, inexplorado, delante de mi”
 Isaac Newton

Vivimos, en lo que se refiere a tamaños, a mitad de camino entre lo grande (el universo) y lo pequeño (los átomos), entre lo visible y lo invisible.  
Por razones que son fáciles de entender, hemos identificado lo grande con lo poderoso y lo eficiente. Lo grande nos produce respeto y asombro. 
Baste mencionar como ejemplos el edificio Burj Khalifa (Dubai, Emiratos Árabes Unidos) de 828 metros de altura, el Floating Liquified Natural Gas (FLNG), un barco 11 veces más grande que el Titanic o el Airbus Beluga, el avión más grande del mundo con sus 56,15 m de longitud y 44,84 m de envergadura. Las maravillas del mundo antiguo también eran grandes.
Vista desde el edificio más grande del mundo
Lo pequeño encontraba su sitio únicamente en máquinas de precisión como el reloj de bolsillo. Sin embargo, lo pequeño se volvió cada vez más importante en nuestra vida cotidiana a partir del desarrollo de la microelectrónica. Lo pequeño pasó, después de miles de años, a ocupar su merecido lugar. Descubrimos que lo pequeño era más rápido y más eficiente de lo que imaginábamos.